Esta semana, lamentablemente, el presidente Gustavo Petro y el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, redujeron el debate público a los insultos. El mandatario, desde Soledad, Atlántico, criticó fuertemente al presidente del Senado, Efraín Cepeda, y lo llamó “mucho HP”. Varios de los ministros presentes, en vez de cuestionar ese proceder, terminaron sonriendo. El senador Cepeda rechazó el calificativo, y el presidente enfrentó una lluvia de críticas en la opinión pública por esa salida en falso.Pero no solo eso.