Alberto Donadio

No todos los nombramientos del presidente Petro recayeron sobre ineptos como el ministro de Educación, Daniel Rojas, inepto pero altanero. Petro lo ascendió sin fundamento alguno a director de la SAE (Sociedad de Activos Especiales) y después a ministro. No todos los nombramientos del presidente Petro recayeron sobre personajes universalmente cuestionados, como el que hoy se sienta a su siniestra en el consejo deministros, Armando Benedetti.

Verónica Alcocer estaba embarazada. Esperaba una niña. Verónica visitaba Isla Margarita con su marido. Esto ocurrió hace unos 20 años, porque ella se casó con Gustavo Petro en el año 2000. Una pareja de colombianos que también paseaba por la isla con su hija pequeña se les acercó para saludarlos. Luego comieron pescado frito en el puestico de un pescador. Verónica le dijo a la mamá colombiana, cuya hija tiene ojos azules, que estaba mirando fijamente a la niña para que le saliera así de linda y no como el sapo, refiriéndose a Gustavo, su marido, ahí presente.

Una vez elegido Gustavo Petro hace casi tres años, pero antes de posesionarse, un veterano y leído periodista escribió: “Petro debe subir el 7 de agosto de 2022, porque así lo quiso la ciudadanía, y debe retirarse el 7 de agosto de 2026, porque así lo mandan las máximas normas legales. Lo que la Constitución no prohíbe y la historia favorece es que al gobierno de reformas sustantivas que promete Petro lo sigan uno, dos y tres y más de la misma estirpe, hasta que los votantes lo decidan.

La situación del Catatumbo es un fracaso de la nación, según el presidente Petro. No es cierto. El fracaso es de los gerentes de la nación, es decir, de él y de sus antecesores. La nación cada cuatro años escoge un gerente o administrador, llamado presidente. No es toda la nación la responsable de que los males se perpetúen y los problemas se vuelvan crónicos. Es la omisión, la inacción y la torpeza de los gobernantes. ¿Por qué en la campaña presidencial el candidato Petro no advirtió que lo que saliera mal en su gobierno se lo achacaría a un fracaso de la nación?

La presencia de Nicolás Maduro como garante de las conversaciones de paz con el ELN “puede ser muy provechosa”, afirmó el ministro de Defensa, Iván Velásquez. No, no lo dijo recientemente, porque se le tomaría por un mentecato. Lo afirmó el 18 de septiembre de 2022 en entrevista con Yamid Amat. Pero hace dos años largos, Maduro ya era el mismo mafioso que está hoy parapetado en el Palacio de Miraflores. Más allá de la ingenuidad de haber creído por un minuto en un tirano como Maduro, el país lleva dos años y medio observando con perplejidad al doctor Velásquez.

Para un jefe de ventas, es un sueño hecho realidad. Los clientes quieren comprar todos los productos de la fábrica, salvo uno. Es lo que va a pasar en la campaña presidencial. Los ciudadanos van a votar por cualquier candidato que no sea el de Petro. En la campaña la gente quiere descansar de Petro. No quiere que se lo mienten. Muchos colombianos sienten fastidio por el presidente. La campaña debe hablar del futuro. Petro ya está suficientemente desacreditado con el caso del hijo que no crio, con Benedetti, con los carrotanques de La Guajira. La gente quiere una campaña amable.

Óscar Zuluaga Serna tiene 95 años y la memoria intacta. En 1986, entró una llamada al teléfono de su casa: “Es para avisar que matamos al magistrado Gustavo Zuluaga”. Diana, la hija de Óscar, preguntó: “¿Usted quién es?” La respuesta: “Yo soy uno de los que lo mató”. Diana buscó el teléfono del Salón Versalles, donde su papá almorzaba con sus amigos casi todos los días en el centro de Medellín, y le avisó. Óscar tomó un taxi y subiópor la calle 33. En la fotografía de familiares y amigos que llegaron al sitio del atentado, el rostro más desencajado es el de Óscar.

El café ha superado la barrera de los 3 dólares la libra en el mercado de Nueva York solo en tres ocasiones en toda la historia: actualmente, cuando después de languidecer por años a precios inferiores a los 2 dólares, frisa los 3,5 debido a la sequía en Brasil; a partir de abril de 1977 durante el gobierno del presidente Alfonso López Michelsen; y en el gobierno del general Gustavo Rojas Pinilla (1953-1957). El precio actual es muy favorable para los cafeteros, naturalmente, pero por la inflación no es un precio alto.

Afirmó el ministro de Cultura, Juan David Correa: “El presidente de la república es un hombre honesto, ha demostrado que no ha sido corrupto nunca en su vida”. Eso fue cierto, pero hoy es irrelevante. Petro no ha sido aurívoro o codicioso de oro. Fue torpe como alcalde, pero no se enriqueció como su antecesor, Samuel Moreno Rojas. Nunca fue cercano a los grandes conglomerados económicos. Se mantuvo independiente. Como parlamentario también fue independiente. No se vendió a nadie. Pero sus virtudes pasadas ya no cuentan frente al colapso evidente del gobierno.

Es un chantaje porque el nombramiento de Armando Benedetti en la Casa de Nariño no lo anunció el presidente, sino el nombrado. Es un chantaje porque Benedetti no es de izquierda ni fue del M-19 y no obstante Petro se lo tiene que aguantar en sus narices. Es un chantaje porque Petro despidió a un experimentado ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, pero le toca aceptar dentro de la Casa de Nariño a un drogadicto y beodo consuetudinario que no es experto en nada.