Siete años tocando puertas, tragándose humillaciones, indiferencias, esperas, lágrimas. Son infatigables, como tantas admirables cuchas que buscan noticias de sus hijos secuestrados o desaparecidos.Y si las tragedias de estas últimas solo importan cuando las convierten en armas políticas arrojadizas, ¿qué relevancia pueden tener las mamás de dos simples policías que claman por su inocencia?Aunque saldrán de prisión en pocos años, a ellas les parece una injusta eternidad un solo día tras las rejas. Tampoco aceptan que carguen con la deshonra de un delito que no cometieron.