Salud Hernández-Mora

Fue un terrible error. Nadie que conozca la zona habría permitido que el presidente anunciara el desplazamiento de una unidad militar en su cuenta de X. Menos aún cuando transportaban a un grupo de soldados en un camión desprotegido, como si fuesen ganado, y sin asegurar antes el terreno.La masacre de cinco uniformados y otros 16 heridos en la carretera que conduce de Balboa a Argelia exige que sus mandos asuman la responsabilidad del desastre, igual que Gustavo Petro.

El inolvidable Lech Walesa le recordó a Trump que Estados Unidos ayudó a Polonia a luchar contra la opresión soviética porque Ronald Reagan comprendió que “millones de personas esclavizadas estaban sufriendo”. No exigió agradecimientos, tenía principios.Trump, sin embargo, pretende regalar una impúdica victoria al criminal ruso. Y cae en la bajeza de dejar a Zelenski sin la inteligencia militar norteamericana para que Putin masacre civiles a su antojo. No podrán alertar a la población con tiempo para correr a los refugios.

Si Petro fuese un presidente serio, respetado, sus acusaciones serían bombazos fuera de nuestras fronteras. Afirmar con rotundidad, en un diario español, que Vicky Dávila es una asesina no solo la mandaría al club de los parias planetarios, sino que un señalamiento de semejante calibre lo recogerían otros medios. Pero la indiferencia que produjo tamaña falaz e irresponsable acusación refleja la nula consideración que se ha ganado el jefe de Estado en el exterior.

Los llamados trocheros tendrán que volver a echarse una mochila a la espalda y atravesar el Darién con alguno que otro kilo de cocaína. Les iba mejor y más seguro con los migrantes, habrían querido que no desaparecieran como por arte de magia, pero la bonanza se esfumó cuando menos lo esperaban.Los organismos internacionales, expertos en la materia, habían pronosticado que unas 800.000 almas pasarían por Urabá en 2024, en su ruta hacia la conquista del sueño americano. En enero, sin embargo, no llegaron ni a 2.000 y la tendencia sigue a la baja.

Una decisión tan maquiavélica, tan brillante, solo puede venir de Armando Benedetti. Petro le concedió todos los galones y lo situó a su lado, contra viento y marea, no solo por mantenerlo callado, sino para preparar las elecciones de 2026. Y el nuevo jefe de Palacio empezó a maquinar “maldades”. Para eso es un genio inigualable.La designación del general Pedro Sánchez al frente del Ministerio de Defensa es un magnífico golpe de efecto. No les puede salir mal aellos. Otra cosa son los males que cause al país, a las FF. MM.

Siete años tocando puertas, tragándose humillaciones, indiferencias, esperas, lágrimas. Son infatigables, como tantas admirables cuchas que buscan noticias de sus hijos secuestrados o desaparecidos.Y si las tragedias de estas últimas solo importan cuando las convierten en armas políticas arrojadizas, ¿qué relevancia pueden tener las mamás de dos simples policías que claman por su inocencia?Aunque saldrán de prisión en pocos años, a ellas les parece una injusta eternidad un solo día tras las rejas. Tampoco aceptan que carguen con la deshonra de un delito que no cometieron.