El presidente Gustavo Petro es un mal líder. No solamente su gestión es un caos que tiene como único norte la indignación, sino que también los pequeños detalles evidencian su incapacidad para gerenciar, que es la obligación precisa de su máxima dignidad. Me explico.Si hay un puesto que hay que proteger dentro de una administración es el de la persona que maneja las finanzas. Tanto a nivel privado como público, escoger y mantener al responsable de la distribución de los recursos es lo más importante en la construcción de un equipo de trabajo. El mandatario ha sido incapaz de lograrlo.