El asesinato de Hernando Sánchez, el heredero del imperio de las esmeraldas, estaba cantado. Todos en el mundo de la famosa piedra verde sabían que su crimen era cuestión de tiempo. En 2012 fue atacado en una exclusiva tienda de ropa del norte de Bogotá. Le dispararon en varias oportunidades y hasta perdió un ojo, pero sobrevivió. Desde entonces, Hernando Sánchez, al igual que otros esmeralderos, reforzó su seguridad, lo que hizo casi imposible que un sicario se acercara para matarlo. Los victimarios cambiaron la estrategia y optaron por ataques a larga distancia con un francotirador.