Jamir Mina

El Chocó no tiene paz. Nunca la ha tenido, pero los últimos días la violencia se ha recrudecido a tal punto que los pobladores comparan esta situación con la peor época del conflicto armado, a principios de la década del 2000, cuando en las carreteras de ese departamento quemaban buses, secuestraban en las denominadas ‘pescas milagrosas’, había paros armados, enfrentamientos y constreñimiento de la comunidad.

La nueva escalada violenta en Buenaventura, que ya deja 50 asesinatos este año, la mayoría de ellos jóvenes, no solo corresponde a una tregua fallida entre Shottas y Espartanos, las principales estructuras delictivas de esa ciudad, sino a una reorganización del crimen que involucra a otros grupos, como las disidencias de las Farc Jaime Martínez, el ELN y el Clan del Golfo.

El asesinato de la docente Leidy Hoyos en zona rural de Mercaderes, sur del Cauca, dejó al descubierto una situación alarmante que involucra a varios trabajadores educativos de esa región, así como de Nariño y Valle del Cauca. SEMANA accedió a varios testimonios y cifras de colectivos de derechos humanos que denuncian una arremetida violenta de las disidencias contra este sector por oponerse al reclutamiento forzado de niños y adolescentes.

El ataque fue meticuloso, despiadado y perfectamente ejecutado. Las disidencias de las Farc al mando de alias Iván Mordisco necesitaban asestar un golpe contra soldados del Ejército Nacional. Planearon la estrategia por varios días, hasta que el pasado miércoles la llevaron a cabo contra un camión que transportaba a los uniformados que tenían como misión arreglar un puente en Balboa, sur del Cauca, muy cerca del temido corregimiento El Plateado de Argelia, donde la estructura Carlos Patiño es la dueña del terror y la zozobra. Cinco militares fueron cruelmente asesinados.

Pocos minutos después de encontrar el cadáver de su hijo Richard Anderson Vergara flotando en las aguas del río Cauca, Rosa Vergara sintió un alivio abrumador, de esos que el alma confunde con las ganas de querer morir. Luego de 144 horas (seis días) de búsqueda, lo halló muerto en Yotoco, Valle.Vestía la misma ropa con la que ella lo vio la última vez a las 12:10 a. m. del 1 de enero de 2014 en el barrio Pizamos, oriente de Cali.

En Suárez, la ciudadanía no está viviendo sabroso, como lo prometió –en repetidas ocasiones– la vicepresidenta y ministra de la Igualdad, Francia Márquez. Ella misma, que es oriunda de esta tierra, reconoció en televisión nacional, y en medio de un consejo de ministros, que la percepción del grueso de la población es que estaban mejor antes que ahora. En ese municipio no hay paz, ni tranquilidad, lo que hay es una violencia desbordada, zozobra y miedo.