Camilo Galvis

Granadas de mortero artesanales, munición para fusil, pistolas de distintos calibres, prendas camufladas y una moto negra fueron encontrados en el campamento que funcionaba como centro de operaciones de alias Miller, el cabecilla de las disidencias de las Farc de alias Calarcá en el Guaviare, quien estuvo detrás de la masacre de siete militares en la región de Guanapalo.

SEMANA llegó a la zona donde se cometió la emboscada en contra del Ejército, que dejó siete militares asesinados por cuenta de las disidencias de las Farc de alias Calarcá, a quien el gobierno le concedió nuevamente beneficios como prorrogar el cese al fuego. Este medio también ubicó el caserío donde los ilegales llevaron como rehenes a los uniformados heridos. Guanapalo quedó en el radar de la opinión pública porque fue allí a donde los hombres de Calarcá llevaron a cinco soldados que fueron convertidos en rehenes, luego de la emboscada en donde otros siete fueron asesinados.

Padres de familia, estudiantes y profesores montaron un reten en la entrada del municipio de El Mango en Argelia, Cauca. A todo vehículo que pase por allí le piden una colaboración de 5.000 pesos para dejarlos entrar y salir. Al preguntarles el por qué del reten, contestan que están buscando recursos para financiar la protesta que llevarán a cabo para reclamarle al gobierno por el elefante blanco en el que se convirtió un gigantesco colegio que lleva en obra 12 años y nada que lo terminan.

Más de 850 millones de pesos ha destinado la Justicia Especial para la Paz, JEP, en su estrategia de comunicaciones para publicitar el caso de falsos positivos, donde los victimarios fueron integrantes del Ejército. La millonaria cifra se desprende de un informe de la oenege Hijos de los Héroes, que encontró que la JEP tiene un sesgo en contra de la fuerza pública en la manera de comunicar los casos que investiga.

Cuando Colombia estaba sumida en una espiral de violencia como consecuencia de la guerra que existía por el actuar criminal de los carteles de Medellín y de Cali, el Gobierno de la época optó por combatirlos ofreciendo millonarias recompensas a cambio de obtener información de relevancia. Dicha estrategia de épocas pasadas toma fuerza en el gobierno del presidente Gustavo Petro, pues su ministro de Defensa, Pedro Sánchez, desde hace varias semanas viene anunciando el pago de millonarias recompensas para quien delate a los criminales que están generando terror entre los colombianos.

La imagen lograda desde vista aérea es aterradora, por lo menos así lo consideran varios integrantes de la Policía, al conocer que en las últimas horas en el Cauca se produjo un ataque terrorista contra un grupo elite de la institución.Un grupo significativo del Goes, grupo de operaciones especiales de la Policía, se dirigía al municipio de El Tambo, Cauca, para hacer un relevo de personal.

Para nadie es un secreto que una de las ventajas que ha tenido la Fuerza Pública para combatir a los grupos criminales de alto impacto como el ELN, las disidencias de las Farc, el Clan del Golfo, o en el pasado la extinta guerrilla de las Farc, ha sido la superioridad aérea. Con las aeronaves, el Ejército y la Policía han logrado llegar a las madrigueras de los grupos alzados en armas o en la década de los ochenta a los cabecillas de los carteles del narcotráfico.Pero en la actualidad pareciera que esa ventaja podría estar diezmada.