Durante décadas, la narrativa profesional dominante fue lineal: estudia, trabaja, asciende. El éxito se medía en cargos, años de experiencia y estabilidad. Pero ese modelo, heredado de otra época, otra economía y otro sistema de valores, ya no alcanza.Hoy, cada vez más personas sienten que crecer no es subir una escalera, sino construir su propio mapa. Y ese mapa no tiene una sola dirección.