La verdadera noticia no debería ser la renuncia de ocho integrantes de la Comisión Asesora de Política Criminal, sino que en Colombia exista tal comisión. Porque, seamos honestos, hablar de política criminal en nuestro país es como hablar de democracia en Corea del Norte: un espejismo, una ilusión, un mal chiste disfrazado de burocracia.Para los que no lo sabían, esta comisión tiene como función asesorar al Gobierno en la formulación y evaluación de políticas que combatan eficazmente la criminalidad.