El Consejo Regional Indígena del Cauca, Cric, no está pasando por su mejor momento. A las marcadas divisiones dentro de esta organización, se suman delicadas denuncias de corrupción y asesinatos cometidos por antiguos miembros de ese colectivo. Hoy, miles de indígenas aseguran que el Cric los ha traicionado: los recursos no llegan, los líderes se enriquecen y las balas entre hermanos se han vuelto pan de cada día.Marcelino Huber Campo, gobernador del cabildo Kiwe Wala de Santander de Quilichao, es uno de los que decidieron romper con el Cric.