Felipe Osorio es bogotano, padre y fanático de esta música que lo marcó desde una fase formativa. Cuando supo que BEAT tocaría en vivo, en gira, las canciones de King Crimson que soñó escuchar, pero jamás pensó posible hacerlo, viajó sin pestañear a Orlando a ver este supergrupo. Fue absolutamente feliz, y luego duplicó su gozo cuando se anunció que la agrupación tocaría en Bogotá, donde la idea de verlos, una vez más, todavía le parece absurda.