Alejandro Pérez Echeverry

Organizar un festival, serio, como este de música clásica de Bogotá que, milagrosamente, llega a su séptima edición, es una empresa de titanes. Y centrarlo en la música de América del siglo XX, que abarca desde la península de Boothia, en Canadá, hasta la Tierra del Fuego, compartida por Chile y Argentina, es un acierto. Un acierto del Teatro Mayor, que lo organiza cada dos años durante la Semana Santa. Dice la organización que se trata de la “búsqueda y reencuentro con la identidad”. Eso ya lo justifica.Desde luego, “son todos los que están”, pero ¿están todos los que son?

Los nominados a la XII edición de los Premios Platino se anunciaron recientemente, y se los presentamos antes de su entrega, el 27 de abril en el Palacio Municipal IFEMA Madrid, para que se haga una idea de la dimensión y calidad de las producciones que la gente vio en salas de cine y también es streaming. En total, son 35 películas y 9 series seleccionadas, que provienen de 16 países iberoamericanos, las que disputarán el máximo reconocimiento del audiovisual a las producciones en español y portugués.

En las 96 páginas que tiene Pintora de la luz / Painter of Light, el libro que viene de presentar en el Museo Edgar Negret, la artista colombiana María Isabel Salazar de Lince clasifica minuciosamente sus pinturas según los elementos de la naturaleza (aire, fuego, tierra y agua). Su propósito es enviar un mensaje de amor a este asombroso planeta, la Tierra, que considera “exuberante, misterioso, inescrutable, prolífico, absolutamente bello, y tan lleno de vida”.¿Su mayor anhelo?

El Festival Estéreo Picnic venía gozando de una suerte casi absurda en cuanto al clima. Era su hora. Y por más increíble que suene, a pesar de las medias encharcadas, el diluvio solo hizo de la jornada una más épica e inolvidable.Fue la noche en la que Tool tocó en Colombia por primera vez, e hizo historia. Aquí no tocaron Rush ni Rage Against the Machine, pero aquí ya tocó Tool.

En la última noche de su gira latinoamericana, correspondiente el Supercharged Tour, la agrupación californiana The Offspring entregó en Bogotá 90 minutos de gigantes riffs, de canciones que en su mayoría han sonado por décadas y llevaron a su público al éxtasis (y de una que otra novedad, como “The Fall Guy” que no desentonó). En su paso más reciente por Bogotá, el año pasado en el Estéreo Picnic, la banda había demostrado que si bien a Dexter la voz le da algo de guerra, nada frena el ímpetu de su música.

Entrar a un espacio icónico como el Teatro Colón y sentirlo redefinido desde la arena resulta impactante, emocionante. Por eso, ser testigo de Sun & Sea, esta ópera-performance lituana concebida para ser vista desde arriba, que exigió quitar todas las sillas del teatro y lo convirtió en una playa antropológica, se sintió irrepetible. Por la manera en que presenta lo que presenta, por la denuncia humana y la dulzura humana que conjuga, no habrá nada igual.

Llegó el Festival Estéreo Picnic, el evento musical privado más grande del país, uno que por sus características es admirado en todo el continente (ningún otro ostenta el espectacular Parque Simón Bolívar como su casa). En ese espacio, del jueves 27 al domingo 30 de marzo, el FEP congregará a decenas de miles de locales y extranjeros alrededor de los conciertos y las activaciones. Dependiendo de su edad y su nivel de aguante, usted ya sabe si la idea de vivirlo entero es una posibilidad o una quimera, pero no es necesario apuntarle a todo. A veces un gran día es lo único que se necesita.

La familia de la fotógrafa y artista Tatiana Aristizábal es una que, como cientos de miles en el país, ha vivido en carne propia el secuestro de un ser querido. De todos los días posibles, el yugo de la angustia les llegó el Día del Amor y la Amistad del año 2000, cuando el ELN se llevó a su hermano mayor. A diferencia de tantos otros secuestrados en este conflicto interminable (iniciado por ideologías y totalmente poseído por el narcotráfico), su hermano regresó a la libertad 42 días después, pero solo para dejar Colombia luego del traumático episodio.

Con una sensibilidad artística que la distingue, Valeria Castro presenta el cuerpo después de todo, un álbum que recoge la esencia de sus vivencias y emociones, transformándolas en un repertorio profundo y conmovedor. Este nuevo trabajo no solo reafirma su autenticidad y madurez musical, sino que también aborda temas universales como la soledad, la ansiedad, la presión social y el autoconocimiento.Desde su irrupción en la escena musical, Valeria Castro ha sido reconocida por la honestidad de su propuesta y la profundidad de sus letras.

En 2010, Bogotá vio la llegada de seis lombardos que invadieron y conquistaron la ciudad con su música. En ese entonces, el escenario fue el Downtown 727, otrora sitio de conciertos y eventos; con todo y algunos inconvenientes de organización, la noche fue memorable para artistas y público. Esta vez, la banda liderada por Cristina Scabbia vuelve con mucha más fuerza y un amplio catálogo que promete atrapar y volver a invadir no solo Bogotá, sino también los oídos y los corazones de sus seguidores.El encuentro mencionado ocurrió el sábado 12 de junio de 2010.