La economía global enfrenta una serie de desafíos, como la inflación, las tasas de interés, los costos de operación y la incertidumbre financiera, lo que genera un entorno a veces difícil para las empresas. Estos factores, de ser adversos, reducen el poder adquisitivo de los consumidores y encarecen tanto los insumos como el acceso a financiamiento.