Cuando Víctor Manuel Tique dejó a su hijo, Manuel Alejandro Tique Chaves, en el aeropuerto, antes de viajar a Venezuela, le pidió que no se fuera para ese lugar porque temía por la situación del país. No le hizo caso. Tenía programada una visita a Apure por su labor como trabajador humanitario del Consejo Danés para Refugiados y tomó un vuelo rumbo a Arauca para cruzar la frontera de forma terrestre.