Claudia Varela

Esta conducta puede verse un poco caprichosa y por supuesto la tolerancia a la frustración es más baja, ya que ellos no vinieron al mundo como sus padres y abuelos a “aguantar” a “sufrirla” sino más bien a entender que la vida es ahora, que el momento es ya y que el compromiso es consigo mismo y el universo, pero no necesariamente con corporaciones o empresas.

Cada vez más encontramos discursos ideológicos extremos. No solo en política, sino en general en la sociedad, en grupos de trabajo, en reuniones de amigos y hasta en espacios familiares donde hay temas prohibidos por temor a repercusiones en el ambiente.Tuve una conversación con un par de amigos que conociendo mi libro y mi gusto por los temas de liderazgo e inclusión quisieron compartir conmigo. Me dijeron que definitivamente el mundo “iba a echar para atrás tanto tema de inclusión” y creo que las cosas sí están cambiando.

Ese día entré a la clase de liderazgo con la convicción de llevar un mensaje diferente a los estudiantes. Algo distinto a que el éxito es hacer dinero. Me paré al frente de un grupo de alumnos jóvenes para que me dijeran qué líderes los inspiran. Curiosamente, la mayoría me nombró líderes disruptivos, con buenos corazones y no necesariamente millonarios.En medio de la conversación les pregunté qué opinaban de la política y cómo veían esta interacción con el sector privado.

En el mundo organizacional hay palabras que se vuelven claramente parte de la jerga habitual y se normaliza que todo el mundo debe entender el significado real de las mismas. He escuchado muchísimo las palabras flexibilidad, agilidad, trabajo colaborativo, salud mental y, por supuesto, estrategia. No sé si todo el mundo opina exactamente igual o entiende el real significado e impacto de cada concepto.Algunos se sienten dueños de la estrategia y se asume que los que deben realizarla son aquellos que están en la operación. Pero nada más lejano a esto.

Hace un tiempo, el tema del balance de vida y el autocuidado era un tema dedicado especialmente a quienes justamente tenían más tiempo libre. No era un punto que se incluyera en la agenda ejecutiva de los equipos en el vivir organizacional. Me encanta escuchar hoy a líderes decir con entusiasmo que la mejor manera de inspirar es conocerse y entender la vulnerabilidad.Y es que la vulnerabilidad no puede ser vista como debilidad, como algo “flojo” que nos daña y nos hace lucir mal.

Llevamos solo dos semanas del año y ya he escuchado a varios quejarse profundamente de la situación, de la inflación, del gobierno, de los vecinos, por mencionar solo algunas variables. Estas son situaciones sobre las que no tenemos mucho o ningún control.Cuando Carolina me contó lo aburrida que estaba con su trabajo, me quede observándola y escuchándola con paciencia un rato largo. Me decía que su jefe no le gustaba, que jamás le ponía atención, que le hacía repetir varias veces lo mismo y que parecía que ni le interesaba lo que ella hacía.

Paula me llamó llorando. No podía ni hablar de la rabia que sentía cuando intentaba explicarme lo que había pasado. Me sentí aliviada cuando me di cuenta de que era algo de trabajo, y mejor aún cuando vi que sus lágrimas no eran de tristeza desmedida, sino más bien de decepción y frustración.Paula cree con firmeza en el poder del propósito en el trabajo.

No todo es negativo cuando hay situaciones de incertidumbre y frustración como nos pasó a muchos en el 2024. Romper un ciclo, renovar la esperanza son cosas que conectan muy bien en el nuevo año.Regresar de vacaciones o al menos empezar a trabajar en forma es una oportunidad perfecta para reflexionar sobre nuestras vidas y establecer metas que nos ayuden a alcanzar un equilibrio saludable. Quisiera compartir una reflexión con algunos puntos clave desde el coaching personal para empezar el año con la claridad de encontrar lo que estás buscando.

En un mundo que avanza a un ritmo vertiginoso, detenernos a reflexionar sobre la gratitud puede parecer un lujo. Sin embargo, he notado, conversado y observado que, a pesar de las dificultades en 2024, la gratitud se ha convertido en una herramienta esencial para mantener nuestro bienestar emocional y mental.Este año, hemos sido testigos de innumerables desafíos y cambios. Desde avances tecnológicos que transforman nuestra forma de vivir y trabajar, hasta crisis globales que nos recuerdan la fragilidad de nuestra existencia.

En diferentes espacios en los que hablo con gente muy joven veo su ímpetu y su gran conocimiento tecnológico, sumado a su increíble impaciencia (porque todo es inmediato hoy), pero a la vez siento que se está perdiendo la magia en algunas cosas, como el conocimiento histórico.Las historias dejan aprendizajes, las vivencias dejan reflexiones y a veces pasamos por encima de esto sin importar en realidad cuántos años tenemos cronológicamente.