Esta conducta puede verse un poco caprichosa y por supuesto la tolerancia a la frustración es más baja, ya que ellos no vinieron al mundo como sus padres y abuelos a “aguantar” a “sufrirla” sino más bien a entender que la vida es ahora, que el momento es ya y que el compromiso es consigo mismo y el universo, pero no necesariamente con corporaciones o empresas.