Dentro de la cocina se le suele dar una infinidad de usos al papel de aluminio, desde hornear, cocinar al baño María, para proteger los alimentos hasta para guardar las sobras de comida en la nevera. Pero a este elemento se le puede dar otro uso más allá del ámbito gastronómico. Este papel está diseñado de forma que refleja la luz, colores, humedad y el oxígeno, además de aislar el frío y ayuda a mantener el calor de cualquier superficie que se envuelva con este papel.