El pasado lunes, 21 de abril, el cardenal Kevin Joseph Farrell, en un video oficial, confirmó al mundo la muerte del papa Francisco a sus 88 años de edad. Aunque el líder espiritual de la Iglesia Católica atravesaba complicaciones médicas a raíz de una neumonía bilateral que se extendió por 38 días, la Santa Sede precisó que su deceso fue provocado por un ictus cerebral, el cual derivó en un coma y un fallo cardiovascular irreversible. Reconocido por su cercanía con los fieles y su impulso de reformas en la Iglesia, el sumo pontífice dejó una marca profunda en la historia.