Un hombre de 62 años fue ejecutado en Florida, Estados Unidos, por asesinar a una mujer en 1995.
Glen Rogers recibió una inyección letal en una prisión del condado de Bradford, según autoridades estatales.
El 5 de noviembre de 1995, Rogers conoció a Tina Marie Cribbs en un bar de Tampa, en la costa oeste de Florida, y abandonó el local con ella.
Según documentos judiciales, el condenado la asesinó de dos puñaladas y dejó su cadáver en la bañera de una habitación de hotel. La víctima tenía 34 años y era madre de dos hijos.
La justicia condenó también a Rogers por el asesinato de Sandra Gallagher, de 33 años, ese mismo año en California, y lo consideraba sospechoso de los homicidios de otras dos mujeres, en Misisipi y en Luisiana.
Rogers fue la decimosexta persona ejecutada en Estados Unidos en 2025, la quinta en Florida.
La pena de muerte ha sido abolida en 23 de los 50 estados del país, y otros tres (California, Oregón y Pensilvania) tienen moratorias sobre su aplicación.
El presidente estadounidense, Donald Trump, es partidario de la pena capital y en su primer día de mandato pidió ampliar su uso a los responsables de “los crímenes más viles”.
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