Este cierre temporal, que se extenderá desde abril hasta octubre, ha dejado a cientos de trabajadores en licencia y reducirá permanentemente la operación a un solo turno, afectando a unos 500 empleados.
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La decisión responde a dos factores principales: la drástica caída en la demanda de vehículos eléctricos (EVs) y las tensiones comerciales derivadas de los aranceles impuestos por Estados Unidos, explica Fortune.com.
Esta medida no solo impacta a los 14.000 habitantes de Ingersoll, sino que pone en evidencia la vulnerabilidad de la industria automotriz canadiense ante un entorno económico y político adverso.
Imagen ilustrativa de trabajador de fábrica / GettyLa planta de Ingersoll enfrenta una tormenta perfecta. La demanda de carros eléctricos se ha desplomado, con solo 274 unidades de BrightDrop vendidas por GM en el primer trimestre de 2025, lejos de las expectativas.
Además, factores como los altos precios, la limitada infraestructura de carga y la falta de incentivos suficientes en Canadá han frenado la transición a los eléctricos.
A esto se suman los aranceles estadounidenses, que castigan fuertemente las exportaciones canadienses. El sindicato Unifor y el alcalde Brian Petrie alertaron sobre el impacto económico en la comunidad, donde muchas familias dependen de GM.
Guerra comercial con Estados Unidos: aranceles que asfixian
La política proteccionista de Donald Trump agravó las dificultades de GM en Canadá. El presidente estadounidense impuso un arancel del 25 % a todos los automóviles importados, incluyendo los fabricados en Canadá.
Donald Trump / GettyEste arancel busca incentivar a las marcas a trasladar sus operaciones a EE.UU. GM, con dos plantas clave en Canadá, incluida la CAMI en Ingersoll, enfrenta una compleja presión, ya que los aranceles encarecen sus exportaciones al mercado estadounidense, crucial para su rentabilidad.
Canadá respondió con aranceles recíprocos del 25 % a ciertos vehículos fabricados en EE. UU. Esta guerra comercial complica las cadenas de suministro, ya que la mayoría de los vehículos en Norteamérica incorporan piezas de ambos países.
Marcas afectadas por aranceles de Donald Trump
Los aranceles de Trump han causado un impacto generalizado en la industria automotriz. Tras el anuncio, las acciones de GM cayeron un 2,3 %, las de Ford Motor un 2 % y las de Stellantis, dueña de Jeep, un 3 %.
Ford, que ya había recortado la producción de su camioneta eléctrica F-150 Lightning, enfrenta retos similares a los de GM debido a la baja demanda de eléctricos. Stellantis también reportó paros en su planta de Windsor, Ontario, lo que refleja la crisis regional.
Marcas extranjeras con plantas en EE.UU., como Honda, Hyundai, Kia, Nissan, Mazda, Subaru y Toyota, no están exentas, ya que sus vehículos suelen incluir más del 50 % de componentes de EE.UU. o Canadá.
Por su parte, Tesla, que en 2024 despidió al 10 % de su plantilla global, también tiene dificultades por la saturación del mercado de EVs.