KTM, la reconocida fabricante europea de motocicletas con sede en el distrito austriaco de Innviertel, enfrenta actualmente una profunda crisis financiera y severos problemas de suministro que han forzado una nueva pausa en la producción de su planta central en Mattighofen (Austria).
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Desde diciembre de 2024, la empresa detuvo por completo su producción, en un esfuerzo por reducir el elevado inventario acumulado, que alcanzaba las 130.000 motocicletas listas para la venta, de acuerdo con datos del portal especializado GP One.
En marzo de 2025, KTM intentó reactivar parcialmente sus operaciones, reincorporando solo a una pequeña fracción de sus trabajadores y ensamblando un volumen muy reducido de motocicletas, muy por debajo de sus objetivos anuales. Para el año fiscal 2025, la meta de producción era de 230.000 unidades, lo que contrasta marcadamente con las 381.555 motos fabricadas en 2023.
La razón principal detrás de esta situación es una aguda crisis de liquidez: en noviembre de 2024, KTM entró en un procedimiento de insolvencia, el cual ha deteriorado severamente la relación con sus proveedores, ubicados tanto en Europa como en Asia.
En el marco del concurso de acreedores, la compañía propuso saldar únicamente el 30 % de su deuda total, estimada en 1.800 millones de euros (aproximadamente 7,68 billones de pesos colombianos), condicionado a la aprobación de los acreedores antes del 23 de mayo de 2025. El plan de viabilidad de KTM dependía de conseguir una inyección de capital externo por 600 millones de euros (cerca de 2,56 billones de pesos colombianos).
El accionista indio Bajaj Auto, uno de los socios clave, aportó 150 millones de euros (aproximadamente 640 mil millones de pesos colombianos) en abril de 2025, con la finalidad de asegurar la continuidad operativa y el reinicio paulatino de la producción.
No obstante, hasta finales de abril de 2025, nuevos inversionistas aún no habían confirmado el aporte del capital pendiente, por lo que cualquier decisión sobre el aumento de capital fue pospuesta por Pierer Mobility AG, el grupo matriz de KTM. Este estancamiento financiero tuvo un impacto inmediato: el 23 de abril se anunció una nueva paralización de la producción debido a una crítica falta de componentes.
La planta de Mattighofen suspendió actividades de nuevo el 28 de abril, apenas unas semanas después de un débil reinicio. Las dificultades logísticas son severas; algunos componentes provenientes de Asia pueden demorar hasta un año en llegar, y los tiempos de entrega europeos superan con frecuencia las 20 semanas.
Además, ante la delicada coyuntura financiera, muchos proveedores exigen pagos por adelantado, complicando aún más el flujo de materiales. Según información comunicada por la propia empresa a sus empleados y distribuidores, los inventarios disponibles solo permiten ensamblar unas 4.200 motocicletas, y no existe actualmente certeza sobre la reposición de las piezas necesarias. Para evitar despidos masivos, KTM implementó una jornada de 30 horas semanales y recortes salariales, vigentes entre el 1 de mayo y el 31 de julio.
El regreso de las cuatro líneas de producción se proyecta, de manera tentativa, para fines de julio, aunque el plazo podría variar según la evolución en el suministro de partes. KTM, junto con sus marcas Husqvarna y GasGas, enfrenta así una de las crisis más profundas de su historia reciente, marcada por severas limitaciones financieras, disruptivas dificultades operativas y un futuro incierto mientras trata de sortear esta compleja coyuntura.
¿Cómo está la situación de KTM en Colombia?
A pesar de la reestructuración anunciada por Pierer Industrie, grupo propietario de KTM, la marca sigue manteniendo un sólido desempeño en Colombia. De acuerdo con La República, el fabricante europeo enfrenta dificultades financieras, con una deuda que supera los 800 millones de euros (aproximadamente 3.5 billones de pesos colombianos) y una caída del 27 % en ventas a nivel global, especialmente en mercados como Europa y Norteamérica.
Además, su grupo propietario busca extender el vencimiento de obligaciones por cerca de 263 millones de euros (alrededor de 1.1 billones de pesos colombianos).
Los reportes de la Andi y Fenalco indican que entre febrero y octubre se comercializaron 5.269 unidades en el país, lo que representa un aumento del 18 % respecto al año anterior. La distribución de KTM en Colombia está a cargo de Autocolombiana desde 2023, mientras que Auteco gestiona el ensamblaje de modelos de bajo y medio cilindraje.
Hasta el momento, Autocolombiana no ha confirmado si los problemas financieros de la casa matriz afectarán su operación local. No obstante, en una carta dirigida a los inversionistas, el CEO de KTM, Stefan Pierer, aseguró que no habrá alteraciones en el suministro de motocicletas, repuestos y accesorios, garantizando la continuidad del servicio en Colombia. Además, la marca mantiene su posición dentro del top 10 de las más vendidas en el país, destacando por la demanda de sus motocicletas de alto rendimiento.