Se reconoce que hoy hay fuertes fuerzas que están generando una transformación rápida, pero en la forma en que se toman decisiones hay expectativas de que el statu quo se mantenga inalterado y subyace la convicción de que es poco probable que el mundo pueda dar giros muy acelerados desprendiéndose de los elementos del auge del último siglo.Muchos líderes reconocen y señalan que nadie niega que sean disruptivos e inciertos los efectos de la inteligencia artificial, que la elevadísima deuda pública y el sostenido deterioro fiscal en tiempos de paz sean territorio inhóspito y desconocido, o qu