El martes 15 de julio, los habitantes de Marinilla, un apacible pueblo de unos 65.000 habitantes que está en el Oriente antioqueño, a unos 50 kilómetros de Medellín, escucharon una de las noticias más aterradoras de los últimos años.En una calle del barrio Bellavista, delincuentes abandonaron un brazo desmembrado junto a un mensaje estremecedor.“Era una mano desmembrada con un letrero que decía Antimesa”, le dijo a SEMANA Julio César Serna Gómez, alcalde de Marinilla.Para las autoridades, el escrito era claro: “Lo que pasó fueron unos hechos muy simbólicos, el mensaje de estos grupos fue de