En tiempos en los que las respuestas están a un clic, cada vez más jóvenes y adultos utilizan plataformas de inteligencia artificial (IA) para crear, facilitar y responder a distintos tipos de necesidades. Desde desarrollar imágenes, canciones, redactar textos académicos, hasta convertirse en asistentes personales y laborales. Ahora uno de los usos más generalizados y que más empieza a llamar la atención es el de diversas herramientas de inteligencia artificial como terapia psicológica. ¿Qué riesgos existen detrás de esta tendencia?