Fue el escenario de un crimen que Gabo inmortalizó. Pero no lleva el nombre de Santiago Nasar ni el del genial escritor, ni tiene signo alguno que recuerde que frente a su fachada murió acuchillado Santiago Nasar. La casona donde residía el protagonista de la magistral obra del premio nobel es un tradicional almacén de abarrotes, situado en la plaza principal de Sucre, el pueblo del departamento homónimo al que llegó la familia García Márquez en 1939.