La delincuencia ha sido, desde tiempos inmemoriales, una problemática global que afecta a las personas de todas las edades y nacionalidades. Los criminales, en su constante búsqueda de nuevas estrategias para engañar y despojar a las víctimas de sus pertenencias, han sabido adaptarse a los avances tecnológicos. Si bien, en sus inicios, recurrían a métodos físicos como el cosquilleo, estas tácticas han dado paso a modalidades virtuales que hoy, en la era digital, generan gran preocupación.