Durante décadas, el concepto del fin del mundo ha captado la atención de millones de personas. La idea de que, en algún momento, todo llegará a su fin provoca no solo preocupación, sino también una profunda incertidumbre sobre cuándo y cómo sucederá.Una de las principales razones por las que el fin del mundo sigue siendo un tema recurrente es, sin duda, el miedo. El ser humano tiene una inclinación natural a temer aquello que no puede controlar ni comprender. El futuro, especialmente cuando se trata de cataclismos globales, representa lo incierto e incontrolable.