Pese a que su rostro apareció hace más de 30 años en todos los billetes de 10.000 pesos colombianos, la fama, el reconocimiento y, sobre todo, el pago por el uso de su imagen le han sido siempre esquivos a Adriana Martínez Dogirama.El billete, que vio la luz en 1992, se ha convertido en una verdadera obsesión para los coleccionistas por la historia detrás de la pieza, que tuvo que salir de circulación luego de un multimillonario robo de estos billetes sin estrenar a un banco en Valledupar; eso, sin pasar por alto la imagen del rostro de la mujer indígena que lo identificaba.Sin embargo, en