El próximo sábado 5 de julio, miles de inmigrantes que residen en Estados Unidos bajo un permiso de protección temporal perderán los beneficios que esta medida les otorga, según las recientes decisiones del gobierno de Donald Trump, que pretende deportar a todos los extranjeros del país norteamericano. A partir de ese día, las personas de Honduras y Nicaragua que residen en territorio estadounidense con el Estatus de Protección Temporal (TPS) se enfrentan a perder sus beneficios para vivir en la primera potencia del mundo tras la decisión del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (Uscis).