El primer vuelo con deportados de Estados Unidos de diferentes naciones, entre ellos Uzbekistán, China, Afganistán y Rusia, aterrizó en Costa Rica, país había acordado con el gobierno estadounidense mantener a los migrantes en centros de detención mientras se coordinaba el regresos a sus países de origen.En esta escala, llegaron 135 deportados, de los cuales la mitad eran menores de edad, quienes escaparon en el país luego de su llegada.