Jorge Mario Bergoglio nunca ocultó su amor por San Lorenzo de Almagro, tradicional equipo de fútbol con sede en Buenos Aires, Argentina. De hecho, ni cuando Francisco asumió el papado, en marzo de 2013, negó su admiración por el ciclón.Y si en el fútbol hay algo característico, es la rivalidad entre equipos. Si bien San Lorenzo pelea en la cancha ante Boca Juniors y River Plate, los dos más populares de Argentina, su eterno contrincante, al que siempre le quiere ganar, es Huracán.A Huracán le dicen el globo, y ni ese globo se salvó de un pinchazo por la pasión del papa Francisco.