En muchos hogares, sin que los propietarios lo sepan, puede haber dispositivos conectados a la red wifi de personas que no fueron autorizados. Personas ajenas al entorno familiar pueden haber accedido a la conexión simplemente conociendo la contraseña, ya sea porque la compartieron en algún momento o porque lograron descifrarla. Este tipo de conexiones no autorizadas no solo disminuye considerablemente la velocidad de navegación, sino que también podría generar cargos adicionales si el plan contratado tiene límites de consumo.