Armando Benedetti admite su adicción a las drogas y el alcohol: "No quisiera, pero lo soy"

El ministro del Interior, Armando Benedetti, habló con la revista Cambio sobre el proceso de rehabilitación que lleva por su adicción al alcohol y drogas.

Desde marzo de 2025, Armando Benedetti fue nombrado como ministro de Interior por el presidente Gustavo Petro, y a pesar de que se levantaron varias críticas alrededor de esta elección, el funcionario se ha mantenido en el puesto.

Antes de posesionarse como el jefe de esa cartera, Benedetti venía de ocupar otros cargos dentro de este gobierno, como jefe de despacho presidencial, embajador de Venezuela y ante la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

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El actual ministro del interior se sinceró en una entrevista reciente con la revista Cambio acerca de uno de los problemas más grandes que, aún, después de 30 años, sigue siendo un peso que carga sobre los hombros: las adicciones al alcohol y las drogas.

En exclusiva con el rotativo, Benedetti confesó que desde hace algunos meses viene trabajando en un proceso de recuperación y rehabilitación que inició entre octubre-noviembre de 2024.

“De 57 años, 30 he estado fuera del alcohol. Yo paré en 1995 y recaí en 2008 o 2009. En esos 14 años, mi vida cambió demasiado bien”, dijo a la periodista Patricia Lara, quien guió la entrevista.

Al referirse al inicio de su consumo, el exsenador admitió que la adicción llegó de forma progresiva y casi inadvertida, en medio de los compromisos sociales y el elevado estrés propio del ejercicio público.

“Uno siempre lo niega. Yo reconocí que soy adicto después de que fui a la clínica. Antes de eso, no sentía que era adicto”, recordó el actual ministro sobre su primera rehabilitación en 1995.

Benedetti dijo también que parte del origen de esa enfermedad recaía en traumas infantiles como la separación de sus padres a una temprana edad, y a las presiones que recayeron sobre él al sentir que debía ser quien se encargara de ciertas labores como “el hombre de la casa”.

Recordó que al inicio lo veía como un “escape” ocasional, pero poco a poco se transformó en un hábito riesgoso que se fue apoderando de su rutina diaria. En sus palabras, el ritmo acelerado y la presión constante de la vida política le sirvieron de excusa para justificar el consumo, sin darse cuenta del daño que estaba causando a su salud y a sus relaciones familiares.

Con el paso del tiempo, la dependencia se hizo más evidente y comenzó a tener repercusiones notorias en su entorno más cercano. Benedetti narró que sus seres queridos empezaron a notar cambios preocupantes en su comportamiento, como episodios de irritabilidad y aislamiento.

Además, admitió que el deterioro emocional y físico empezó a afectar su desempeño laboral, llevándolo a cometer errores y a experimentar una creciente sensación de soledad y culpabilidad. Fue entonces cuando reconoció la gravedad del problema y la urgencia de buscar ayuda profesional para intentar reconstruir su vida.

“A veces me da duro aceptarlo. A nadie le gusta decir que es un enfermo. Yo no quiero ser drogadicto. O sea, no quisiera ser adicto. Y lo soy. Es una enfermedad”, aseguró al medio citado.

Armando Benedetti cuando dejó su cargo como embajador en Venezuela / AFP

Relación de Armando Benedetti y su esposa, Adelina Guerrero

El 30 de junio de 2024, Adelina Guerrero denunció a Benedetti por presunta violencia de género en Madrid (España).

Según informes policiales, Guerrero afirmó que el entonces embajador por la FAO la amenazó con un cuchillo y le cortó la ropa durante una discusión. La policía española acudió al lugar y abrió un expediente, pero Benedetti no fue detenido debido a su inmunidad diplomática en ese momento.​

Sobre este hecho puntual se refirió también durante la entrevista que le hicieron, pero no abarcó a fondo el tema: “Ese es un cuento que me han armado. Que me lo armaron por lo del 30 de junio del año pasado. Ese día yo sí me porté mal –no voy a decir en qué–, pero sí me porté mal. Y dicen que yo maltraté a mi esposa en ese momento, pero ella no estaba ahí”.

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En la actualidad, Armando Benedetti aseguró que después de estar algunos días en un centro de rehabilitación en México, salió de allí y ha tratado de recuperar el perdón de su esposa y la confianza de sus hijos, quienes en más de una ocasión le pidieron que parara con el consumo.

“Ellos reconocen el cambio que he tenido como papá, porque el trago te aleja de tu familia […] En esas épocas tú siempre tienes alguna angustia, ansiedad. Ahora que estoy trabajando duermo cuatro o cinco horas nada más. Y me concentro en lo que es, y me resbala todo lo que han dicho de mí”, aseguró.

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