Las tiendas en Estados Unidos suelen entrar en bancarrota por una combinación de factores económicos y de mercado que afectan su rentabilidad y capacidad para pagar deudas.Algunos motivos incluyen los cambios de hábitos, ya que los consumidores están optando cada vez más por las compras en línea, lo que reduce el tráfico en tiendas físicas.Por otro lado, los márgenes en la industria minorista suelen ser bajos, y la competencia tanto en precios como en variedad de productos es muy alta.