La vida de la abogada Lina Ochoa en los últimos meses ha sido un torbellino de emociones. A mediados de 2024 cumplió uno de sus sueños, al adquirir una pequeña y encantadora perrita pomerania teacup, la cual había deseado por mucho tiempo. Sin embargo, la felicidad fue efímera cuando su “hija” sufrió un quebranto de salud, aparentemente menor, y falleció días después en una reconocida veterinaria de Medellín. No era la primera vez que Lina deseaba una mascota.