Gabriel Salazar López

El municipio de Soledad, Atlántico, sigue estando bajo el poder de las bandas criminales, quienes imponen sus propias reglas, aunque desde la Policía, el Ejército y hasta la alcaldía anuncian medidas para garantizar la tranquilidad. Los conductores de los motocarros tienen miedo porque las bandas criminales como Los Pepes y Los Costeños imponen sus condiciones para dejarlos trabajar en las diferentes vías y barrios del municipio.

En el corazón del Caribe colombiano, el municipio de Puerto Colombia experimenta un importante proceso de transformación urbana y social jalonada por inversiones en infraestructura, la recuperación de espacios públicos y el fortalecimiento del turismo.De acuerdo con las proyecciones del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), el municipio actualmente cuenta con 55 mil habitantes; para 2035 se espera que haya cerca de 60 mil personas viviendo en este territorio.De esta manera se refleja la dinámica de desarrollo que vive el municipio, impulsada por proyectos residenciales

La Policía y la Fiscalía General de la Nación ofrecieron el martes una rueda de prensa desde la ciudad de Medellín, Antioquia, donde dieron a conocer los avances de las investigaciones por el atentado a disparos que sufrió el precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, en medio de un evento político en Bogotá. Y es que en medio de las pesquisas que adelantan los investigadores judiciales figuró Elder José Arteaga Hernández, alias de Chipi o el Costeño, por quien ofrecen una recompensa de hasta 300 millones de pesos para poder capturarlo y llevarlo hasta la justicia.

El sol apenas se escondía en el Patía, en el departamento del Cauca, cuando una fuerte explosión dio cuenta de una trampa mortal. En la vereda El Estrecho, donde hay una base militar del Ejército Nacional, todos se alarmaron por la fuerte explosión. No se sabía qué era lo que había ocurrido, pero estaban atentos a cualquier ataque de las disidencias de las Farc comandadas por alias Iván Mordisco.

La tarde de este viernes 20 de junio, una violenta riña se desató en uno de los patios de la cárcel de La Dorada, Caldas, que habría sido protagonizada por Digno Palomino Rodríguez, máximo cabecilla de la banda criminal de Los Pepes que delinque en Barranquilla y en varios municipios del Atlántico. Fuentes judiciales le dijeron a SEMANA que —presuntamente— Palomino, junto con otros dos sujetos conocidos con los alias de Satanás y Gomelo, se dirigió hasta donde se encontraba alias Otón, uno de los cabecillas de la banda de Los Costeños.

Cerca de un cerro en el norte de Valledupar, Cesar, donde debería estar en funcionamiento un centro cultural que rinde homenaje al maestro Rafael Escalona, solo hay un elefante blanco. Una obra inconclusa con recursos millonarios, que luego de diez años aún no se ha terminado. Para los que residen en esa zona del Caribe colombiano, este proyecto es símbolo de politiquería, frustración, negligencia y, según denuncias ciudadanas, una historia de presunta corrupción que se extiende por varias administraciones.

La violencia en las diferentes regiones de Colombia sigue siendo compleja pese a los esfuerzos de las instituciones que integran la fuerza pública. En este nuevo capítulo, SEMANA conoció en exclusiva dos testimonios de oficiales activos del Ejército Nacional, quienes denuncian graves falencias en la estructura de mando, operatividad, legalidad y moral de las tropas en medio de la supuesta ‘reorganización’ militar.

En un comunicado de prensa que emitió el Ministerio de Defensa Nacional precisan que la intervención fue realizada por la Superintendencia de Vigilancia en compañía de la Policía de Barranquilla. La intervención fue realizada en las empresas como Maximus Seguridad Privada Ltda., Seguridad Privada Lost Prevention Ltda., Atenas Seguridad Privada Ltda., Blink Seguridad Privada Ltda. y Ol Security Group Ltda. A dichas empresas les suspendieron provisionalmente su licencia de funcionamiento, mientras avanza el proceso de las autoridades.

Este domingo, 15 de junio, miles de personas se dieron cita en la icónica Plaza de la Paz, en Barranquilla, donde se reunieron para rechazar el ataque armado del que fue blanco el precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay en Bogotá.A la concentración llegaron personas con camisetas blancas, camisas de la Selección Colombia, pancartas rechazando la violencia y la bandera tricolor para pedir por la paz en los territorios.

No fue un cubrimiento periodístico más. Fue una mañana llena de esperanza, amor, fe y solidaridad por los que han sido blancos de una violencia absurda que hoy se vive en Colombia. Una violencia que muchos pensamos que jamás viviríamos y que se trataba de una cosa del pasado.La icónica Plaza de la Paz fue el lugar de concentración, a donde llegaron miles de personas vestidas de blanco, otras con camisetas de Colombia, acompañadas con banderas y hasta carteles. No hubo política, nadie habló de izquierda, ni de derecha: todos pedían paz en los territorios, esa que está casi extinta.