La noche del miércoles 23 de abril, Rusia realizó un fuerte ataque a Ucrania, provocando la muerte de al menos 12 personas, mientras que otras 70 resultaron heridas. Tras la ofensiva, las autoridades iniciaron la búsqueda de las personas desaparecidas que quedaron atrapadas entre los escombros. Rusia lanzó 145 drones y 70 misiles contra Kiev, la capital de Ucrania, en una arremetida que duró hasta la madrugada del día siguiente. Este resultó ser el ataque más letal y costoso en los últimos nueve meses, cuando Moscú llevó a cabo un ataque que le quitó la vida a más de 30 personas.