Una de las primeras veces que Piedad Córdoba, la controvertida exsenadora del Pacto Histórico, pisó San Antero, un municipio pequeño de Córdoba, terminó tumbada, como se lo decía a sus más cercanos amigos. O, mejor, burlada. Obtuvo un plan vacacional para pasar una temporada de descanso con sus hijos en las playas del Caribe y descubrió que la habían engañado. No existía el lujoso hotel que le prometieron. Llegó al caserío y, visiblemente molesta, les dijo a sus más cercanos colaboradores que nunca le volverían a hacer pasar una vergüenza en Córdoba. Y así ocurrió.