La rescató en una de las caletas que tenía Pablo Escobar, días después de morir, en diciembre de 1993. Alba Marina Escobar, la hermana consentida y confidente del capo, llegó hasta uno de los escondites donde se refugiaba su hermano y obtuvo algunas de sus cosas: tenis, pantuflas, camisetas, la barba postiza y la libreta de apuntes. Todo lo conserva en uno de los cuartos de su apartamento ubicado en Medellín, hasta donde llegó SEMANA.Es café, de hojas casi amarillas por el paso del tiempo, y conserva los últimos apuntes del narcotraficante.