La posibilidad de un enfrentamiento nuclear ha sido, durante décadas, uno de los mayores temores de la humanidad. Aunque el arsenal atómico fue concebido como un mecanismo de disuasión, su simple existencia mantiene vigente la amenaza de una catástrofe sin precedentes. La inteligencia artificial simuló los efectos devastadores de un ataque de este tipo y evaluar cuáles serían las probabilidades reales de supervivencia en distintos escenarios.