Una de las causas más comunes por las que las aplicaciones móviles se cierran solas o muestran una pantalla negra al intentar abrirlas es la acumulación de datos temporales o “caché” que han quedado obsoletos. Estos archivos suelen ayudar a que las apps funcionen con mayor rapidez, pero si se corrompen o se acumulan en exceso, pueden generar fallos en la carga.Además, algunas actualizaciones defectuosas, tanto del sistema operativo como de las propias aplicaciones, pueden provocar incompatibilidades o errores de ejecución.