El aparente suicidio del ministro ruso de Transportes, anunciado poco después de ser cesado el lunes por Vladimir Putin entre acusaciones de corrupción, conmocionó profundamente a la élite política.Cientos de personas, entre ellos ministros y altos cargos de la administración, visitaron el jueves la capilla ardiente de Roman Starovoit instalada en el hospital presidencial de Moscú.El político de 53 años fue hallado muerto el lunes en su coche horas después de haber sido cesado por el presidente ruso.